Llegué a esta casa cuando las peras estaban naciendo en los árboles,
cuando en el jardín se manchaba de rojo
por las ciruelas parcialmente comidas por los colibries,
llegué cuando aún no venían las lluvias
y había que solidarizarse con el pasto
y los árboles organizando sesiones de riego cada día,
ahora ha estado lloviendo, las ciruelas se acabaron,
las peras están maduras y caen con un sonido grave y seco en el pasto,
la casa tiene ecos incluso para esos sonidos,
la casa tiene ecos incluso para esos sonidos,
el jardín crece desordenado y me empuja hacia afuera,
no me necesita más, empaco las últimas cosas en las pausas de este libro,
y miro al cielo a cada tanto, pero las nubes siguen presionando...
Edel Juárez...